jueves, 20 de abril de 2017

Relato especial

La magia de leer

Un libro abarca una profusión de palabras impresas en sutiles hojas rectangulares, es lo que una mente realista afirmaría, pero lo que realmente almacena, y que las mentes creativas saben, es un desmesurado y prodigioso mundo en el cual se puede expresar toda la imaginación y viajar en ella. Pero, para Andy era distinto, no porque poseían una imaginación más especial y creativa de los demás, era por un libro, el libro que su abuelo le había donado hace años. De hecho al abrir ese libro su imaginación salía sin frenos, pero era diferente que con los otros libros. Con ese libro era como si su fantasía fuera guiada por él, cada mínimo detalle y era como si ese mundo se proyectara frente de sus ojos, tal cual a un holograma. Sin embargo, solo él lo podía ver, lo podía vivir, o más bien, era ese libro que se lo permitía.
Ese libro había sido escrito por un amigo de su abuelo, no por dinero, no para encontrar notoriedad, pero solo por el gusto, por el placer de escribir y por lo tanto esa era la única copia que existía en el mundo, leído solo por dos personas, el abuelo de Andy y él. Y él lo había leído tantas de esas veces que cualquiera lo habría sabido a memoria, pero con ese libro no era así. Cada vez que lo leía surgía algún detalle más, el mínimo detalle que distorsionaba ligeramente y creativamente la historia. Por tal razón era imposible que lo supiera a memoria y que se cansara de leer ese libro. Efectivamente era su libro preferido, a pesar que hubiera leído otros y continuara a hacerlo hasta hora. Sin embargo, como todos tienen conocimiento, hay solo un libro que impresiona la vida de las personas y esto solo porque uno solo es capaz de sacar toda la imaginación de una persona que podría estar ocultada dentro de ella sin saberlo. Y también sentimientos, negativos o positivos, experimentar la tristeza, la felicidad, la rabia, el amor, de una historia que no pertenece a ninguno, pero que existe solo en la tinta de un libro.
Ese libro era único, especial, pero todos los libros valen cuanto él, basta solo abrir la mente recorriendo todas esas mágicas letras de izquierda a derecha, página tras página, mientras la mente encuentra ese brillo que se conocerá como la imaginación.

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